Autor: Roberto Ariel Tamburrini

Según Pierre Bourdieu el emisor legítimo es “alguien que reconozca las leyes implícitas del sistema y que haya sido reconocido y cooptado por ello”. En el caso de la Danza podemos asociarlo con cada uno de los intérpretes, que a su vez actúan en función de lo propuesto o consignado por los coreógrafos y/o directores. Incluso, en el contexto contemporáneo, dado el rol creciente de los primeros en la composición coreográfica se habla muchas veces de coreógrafos – intérpretes.
Como receptor legítimo podemos hablar del público que asiste a un espectáculo de Danza. Teniendo en cuenta que el autor define dicha legitimidad en la homogeneidad social y de conocimiento del lenguaje, en nuestro caso esas son condiciones prácticamente a priori, dado que aun la Danza actúa todavía casi herméticamente en cuanto al lenguaje y aun no ha podido en función de esto acceder a un público más amplio y, en consecuencia, ser popular. Esto genera un estrato social específico y sobreentendemos que quien concurre a un espectáculo que la involucre lo hace con conocimiento de causa. Es importante aclarar que desde las nuevas tendencias y, en el caso particular de la mención a la que pertenezco, Expresión Corporal Danza, no se entiende al público como pasivo, sino que, dado el proceso sensoperceptivo que se produce en el espectador, el mismo cumple una función activa en la recepción de la obra. De más está decir que además existen nuevas posibilidades de interacción con el público en las producciones actuales, happenings, performances, etc.
La situación legítima está definida en la Danza, en tanto arte escénica, por las convenciones que se acuerdan y se aceptan en una producción. Esta puede tener como marco un teatro o espacios no convencionales, ser una obra acabada o abierta, gratis o paga. Lo que interesa para definirla como tal es lo a lo que Pierre Bourdieu se refiere con la intervención de “la estructura de grupo y el espacio institucional”. En la Danza respeta y deja claro que hay quienes actúan como artistas y quienes se posicionan como espectadores y el simple hecho de definir un espacio escénico con estos componentes da un marco de producción artística a la obra, aun tratándose de una improvisación.
Para el autor un lenguaje legítimo es aquel que “haga creer que lo que se dice es verdad”. Se refiere al mismo señalando que esto se produce a partir de propiedades que actúan como un sistema. La Danza utiliza al movimiento como lenguaje, donde el estudio del cuerpo y sus propiedades expresivas y comunicacionales generan a través de la historia distintas técnicas, abordajes y cosmovisiones pero que, como dijimos, tienen en común al cuerpo como instrumento y al movimiento como lenguaje.
Me gustaría redondear lo tratado antes de ejemplificarlo con la siguiente frase de Pierre Bourdieu, que considero pude aplicarse también a la Danza como mercado de movimiento: “Hay mercado lingüístico siempre que alguien produce un discurso dirigido a receptores capaces de evaluarlo, apreciarlo y recompensarlo”.
Para ejemplificar lo expuesto voy a referirme a la Feria de Improvisación llamada La Plancha sigue Caliente organizada por Mariana Carli. La misma tiene lugar una vez al mes en el teatro La Otra Orilla, situado en Gral. Urquiza 124.
Se busca que las propuestas artísticas sean trabajos que se encuentren en proceso, es decir, meramente improvisaciones u obras de Danza no redondeadas. Los emisores legítimos en este caso son aquellos artistas que deciden mostrar sus trabajos aun no terminados, pero que entienden que ya tienen algo que comunicar con sus producciones.
Se organiza una reunión previa con los coreógrafos e intérpretes para que la organización constate que dichas obras responden a esta idea. El público se entera básicamente por cadena de mails y de boca en boca, dado que en general se trata de producciones dentro del contexto de la Expresión Corporal Danza, con estudiantes que pertenecen al departamento de Artes del Movimiento del IUNA. No se cobra entrada, y quienes asisten colaboran al final del espectáculo con la gorra si así lo desean, además de tener la libertad de participar de una improvisación final abierta con estímulo musical en vivo. Podemos en consecuencia hablar entonces en este caso de receptores legítimos.
Esto, junto con el marco del teatro escogido cumple con las condiciones que Pierre Bourdieu propone para hablar de una situación legítima, en tanto y en cuanto se genera dentro de un marco dentro del cual funciona un grupo con una estructura específica, que sumado a lo dicho anteriormente incluye el armado del programa, los roles de organización y gestión, los técnicos, los músicos, etc.
El lenguaje es legítimo dado que se trata del lenguaje de movimiento utilizado por la Danza, con el particular abordaje de la cosmovisión que de la misma tiene Expresión Corporal Danza, que incluye la comunicación como contenido específico de sus prácticas, priorizando el juego y el tratamiento saludable del cuerpo, que es propio en cada individuo.


A través de la historia a sido notable en la Danza la división entre las manifestaciones académica por un lado y popular por el otro. Esto generó, desde la praxis, situaciones extremas. Desde el ámbito oficial y educativo formal, se ha subestimó las manifestaciones populares, generando un mercado donde el valor de lo académico las supera ampliamente. Esto no solo tiene un alcance desde el acceso del espectador a los espectáculos en cuestión, sino también restringe las posibilidades de dicho acceso a la práctica.
El modernismo en Danza se rebela, en principio, contra esta concepción. Si embargo, termina produciendo técnicas que sistematizan el movimiento sin renunciar totalmente a los valores a los que se enfrentaron. En tanto arte del movimiento, el tratamiento elitista y específico de cada técnica tiene naturalmente un alcance social determinado y acotado con el costo anteriormente tratado. Es muy difícil acceder a la Danza para los sectores populares y viceversa.
Sin embargo creo que en la actualidad, con la posibilidad de que la Danza se estudie a sí misma, a partir de la autonomía alcanzada como lenguaje de movimiento y la producción teórica, esta situación puede comenzar, lentamente, a revertirse. De todas maneras, Pierre Bourdieu alerta ante la idea de un espacio autónomo mientras no estén dadas las condiciones políticas para dicha utopía. En lo personal creo que para que se den dichas condiciones que el autor define de utópicas, se debe comenzar por el cambio de concepción en los propios involucrados. El intercambio con otros lenguajes, junto con el abanico de posibilidades que implican las nuevas tendencias permite a los coreógrafos e intérpretes buscar propuestas, utilizando las técnicas como recurso pero no como finalidad y aprovechando esto para abrirse a distintas manifestaciones sociales, tanto desde la oferta como por la inclusión de artistas de distintos estratos sociales, que puedan comprometerse e influenciar en el cambio.
Lejos de generar controversias, me gustaría ejemplificar lo antedicho con las diferencias entre los exámenes de ingreso a esta institución entre la mención en Expresión Corporal y las restantes menciones (Danza, Danza-Teatro y Comedia Musical, las tres con el mismo formato de exámen).
En la Expresión Corporal, a diferencia de las restantes, no se utiliza el espejo ni los profesores sirven como guías kinéticas. Se dan consignas para que los estudiantes descubran su propio cuerpo, sus potencialidades y límites, trabajando desde la técnica de la Sensopercepción, que consiste en registrar y estimular el cuerpo desde los receptores tanto propioceptivos como exteroceptivos en su totalidad. En las otras menciones, los parámetros son prácticamente visuales, con la utilización de espejo como imagen corporal y la repetición de movimientos secuenciados mostrados por el docente.
La evaluación en estas últimas menciones es individual, por lo que desde el primer día se van descartando estudiante en función de los recursos técnicos exigidos. Esto naturalmente condiciona a aquellas personas que tienen muchas condiciones pero que tal vez no poseen los medios para tomar clases específicas y por razones sociales no poseen el tiempo disponible y el acceso a las novedades técnicas. En el caso del ingreso para Expresión Corporal, sobre el lema de su fundadora Patricia Stokoe “Danza al alcance de Todos”, la evaluación es sobre el estudiante pero dentro del contexto grupal, es decir, existen actividades grupales de trabajo y se toma en cuenta la capacidad de comunicación con sus pares. Además se tiene en consideración el progreso mostrado por cada uno de los estudiantes en el transcurso del examen de ingreso, por lo que solo el último día se toman las decisiones, no descartando a nadie durante el transcurso de esta instancia.
Desde la idea de mercado, podemos decir que tanto Expresión Corporal como las restantes menciones valoran el producto final, pero la primera toma muy en consideración el proceso, no separando la Danza de los principios y valores humanos.


Para encontrar la posibilidad de traspolación del concepto “habitus lingüístico” a la Danza, creo conveniente recordar algunas nociones del mismo que da Pierre Bourdieu. Aclara , refiriéndose a dicho “habitus lingüístico”, que es “una dimensión del habitus como sistema de esquemas generadores de prácticas y de esquemas de percepción de las prácticas” También aclara que “Está constituido por un conjunto sistemático de principios simples y parcialmente sustituibles, a partir de los cuales se puede inventar una infinidad de soluciones que no se deducen directamente de sus condiciones de producción”.
La Danza como lenguaje de movimiento tiene su historia, dentro de la cual se han desarrollado distintas metodologías, técnicas, abordajes, etc., que se han alineado dentro de diferentes concepciones paradigmáticas. Todo esto es de suponer, naturalmente, que deja una impronta en el cuerpo, en su concepción y en la producción a partir de su lenguaje específico. Es decir, la Danza tiene también, a pesar de los condicionamientos de las condiciones históricas donde se produjo, una capacidad transformadora de generar prácticas (que para el autor no tienen nada de innatas) en función del contexto y de las posibilidades y elecciones de los coreógrafos e intérpretes.
Pierre Bourdieu da la siguiente fórmula:
habitus lingüístico + mercado lingüístico = expresión lingüística, discurso
Dentro de este mercado existen leyes valorativas propias.
Si analizamos la ecuación propuesta por el autor, es natural que, en función de un discurso, la práctica en nuestro caso de la Danza en distintos mercados produzca una variación del “habitus linguístico”.
Consideremos la posibilidad de dar un seminario de Danza Contemporánea enfocado a alguna de sus técnicas, por ejemplo la técnica de Martha Graham. Supongamos que este seminario está dado por alguna bailarina formada en esa escuela, cuya nacionalidad no sea precisamente norteamericana. Naturalmente, si dicho seminario se dictara en Estados Unidos para otras bailarinas, muy probablemente no se producirían demasiadas dificultades de recepción desde el lenguaje de movimiento (que es el que nos incumbe), ya que en ese país es donde nació esta técnica y las consignas verbales serían solucionadas por un traductor si es que la bailarina no domina el idioma. Seguramente se cuente con salas con pisos aptos para una práctica que los utiliza en gran medida.
La misma situación cambiaría bajo las mismas condiciones para participantes varones. La técnica fue creada por una mujer e involucra como fundamento un profundo trabajo sobre la zona de la pelvis, a través de motores de movimiento generados por contracciones y relajaciones de la misma. Esto no es excluyente para intérpretes masculinos, pero es algo que quien lo dicte deberá considerar a la hora de diagramar sus clases. Posiblemente deba dar más tiempo a una entrada en calor articular y aun así no esperar los mismos resultados, con su consecuente influencia la convocatoria y el rédito económico.
Supongamos ahora un seminario semejante en nuestro país, dictado como parte de un plan oficial para acercar la danza a adolescentes de ambos géneros y de escasos recursos en escuelas alejas de los centros urbanos. Además de contemplar que estarán reunidos en la misma clase mujeres y hombres, por lo que se deberá evaluar un trabajo diferenciado que a la vez sea integrador, se tomará en cuenta que movimientos pueden resultar riesgosos en función de los aspectos nutricionales de los estudiantes, si tienen o no formación previa en danza, las expectativas, etc. Para eso se deberá seguramente adaptar la técnica, quizá combinándola con metodologías lúdicas desde la Expresión Corporal y con secuencias provenientes de otras técnicas contemporáneas, como Muller, por citar solo un ejemplo, Muy probablemente el espacio áulico no esté provisto en general de pisos aptos para el trabajo en el nivel bajo, para lo cual la docente buscará adaptaciones de dichos ejercicios en los niveles medio y alto, siempre considerando que la técnica a dictarse no dejará de ser bajo los parámetros que Martha Graham ha fundado.

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