Ruego que disculpéis mi ausencia debida a una grave enfermedad por la que mi padre está pasando, y no tengo tiempo ni ánimos y es por ello mi apatía, pero no el olvido, puesto que en mi triste corazón os recuerdo con cariño y agradecimiento por los bellos detalles conmigo.
Os deseo muy feliz Navidad, que el Niño Dios os traiga todo lo que os haga muy dichosos.
ANA ARIAS SAAVEDRA