El descentramiento: cuerpo, danza, interactividad.

[ALEJANDRA CERIANI]

1. Introducción

El medio digital y las propuestas artísticas en torno al cuerpo, constituyen una combinación disciplinar en constante innovación. Dicha innovación afecta los parámetros con que la tecnología produce y reproduce determinadas categorías de sujeto y corporalidad, de la elaboración de interfases, de la representación y de la comunicación.
La danza, y en particular la danza performática, continuamente viene experimentando, por ejemplo, con dispositivos videográficos en derredor a la noción de cuerpo en procesos de manifestación multidimensional.
Los desarrollos tecnológicos en la actividad artística sugieren asimismo, un importante cambio cultural a partir de la aparición de un nuevo paradigma que reconfigura la relación entre lo físico y lo virtual, originando márgenes ambiguos entre uno y otro. Y sobre esta indeterminación se trazan, se conforman ciertas búsquedas y hallazgos estéticos. Parecería no haber lineamientos a seguir, cada propuesta inaugura los propios, se percibe un corrimiento de cierta hegemonía en los modelos culturales, artísticos, que generan nuevas contingencias en las prácticas con los lenguajes establecidos.
La tecnología en danza, dada básicamente por el uso de medios tales como el video, la computadora, y la combinación de ambos, posibilitan narrativas no lineales basadas en una nueva representación en la producción de sentido. Redescubrir una geometría velada, donde no hay representaciones sino posicionamientos: el cuerpo físico en un lugar físico. Tan doblemente físico que sus componentes se expanden: cuerpo y espacio aumentados, virtuales.
La noción genérica de corporalidad se ha ampliado, la excitación a nivel físico y psíquico de las percepciones auditivas, visuales y táctiles mudan a medida que se expanden sus conexiones, produciendo una nueva jerarquía, un nuevo ordenamiento entre la presencia y el desconcierto, entre prácticas de significación, prácticas visuales y kinéstesicas ancladas no solo en la propia producción estética sino en la captación consumada por un nuevo espectador y diferentes cánones culturales que se imprimen en todas las prácticas artísticas.

Y a esto quería referirme: a los posibles y renovados “cánones” que la danza con uso de tecnología estaría aportando, no solo desde una reformulación productiva sino también reflexiva.
Considero elemental indagar en este territorio de la interactividad y el uso de nuevas tecnologías aplicadas a las prácticas corporales , compositivas y escénicas que inaugura una nueva capacidad de conjeturar y experimentar con lo conocido.
La tecnología aplicada a las artes escénicas , definida como el enlace de los dispositivos, del entorno, de los cuerpos y de la creación desde otras posibilidades no solo corporales sino sonoras, por ejemplo; instala la tensión entre el límite material y el deseo, impulsando las transformaciones no como respuesta a las contradicciones del presente sino como un principio móvil cuya condición básica sería la disponibilidad a interactuar.