Como parte de la Semana Británica en La Habana, celebrada del 4 al 10 de junio, llegó a esta ciudad la Candoco Dance Company, una atípica agrupación que reúne en sus filas a bailarines discapacitados y no discapacitados. La palabra candoco es una especie de derivado de la frase en inglés, you can do, es decir, tú puedes hacerlo. Se refiere a que la danza puede ser asumida también por bailarines con limitaciones, y que la discapacidad no es y no debe ser percibida como una desventaja.
Cuatro funciones ofreció la Candoco Dance Company en el Teatro Miramar, un coliseo que reabrió sus puertas recientemente, en uno de los barrios más lujosos de la capital cubana, y que fue recuperado con una respetable donación concedida por la Organización No Gubernamental Music Fund for Cuba, de Gran Bretaña.
El programa incluyó como primera obra Set and Reset/Reset, de Trisha Brown, un proyecto que examina la naturaleza cambiante de la coreografía en relación a las estructuras subyacentes que componen la danza en sí misma. La obra de Trisha Brown nos remonta al lenguaje renovador, que significó la danza posmoderna en sus inicios, allá por los años 60 del siglo pasado, de la cual Trisha fue pionera.
En la segunda parte del programa subió a escena Still, una propuesta con la que el coreógrafo Nigel Charnock invita a celebrar la vida y la muerte, al tiempo que indaga con irreverencia sobre cómo enfrentarse a la pérdida. Es esta una pieza caótica, salvaje, y un poco cómica sobre el amor y las despedidas. Still es una pieza irreverente, con mucha energía y emoción.
La Candoco Dance Company trajo a La Habana una manera diferente y atípica de ver la danza, con un staff de bailarines que sorprendieron al público por su manera peculiar de entremezclarse, y disminuir las fronteras entre intérpretes discapacitados y no discapacitados.
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