La clase

La clase está articulada y enfocada a trabajar ritmos de origen africano, más específicamente de la costa oeste de áfrica, Senegal, Guinea y Mali, no sin antes pasar por el propio cuerpo, a partir de percibirlo, entenderlo y conocerlo.

Por esta razón, en la primer parte de la clase se realizan secuencias y movimientos que preparen el cuerpo de una forma consciente para luego poder bailar. Esto es a partir de darse un espacio y tiempo para llegar con el cuerpo y la concentración a la actividad que se va a desarrollar, pudiendo visualizar y percibir el cuerpo en movimiento.

Se trabajará especialmente con la atención puesta en la columna vertebral, sus posibilidades, y la irradiación del movimiento a las extremidades, logrando así un cuerpo integrado y consciente, abierto y dispuesto.

Seguimos con una entrada en calor fuerte donde ahí si comenzamos a incorporar movimientos afro que serán las guías para las diferentes formas gestuales.

Seguido de estas secuencias damos paso a las diagonales, donde trabajamos la disociación, el desplazamiento, el espacio y los tiempos musicales, a partir de cantarlos y responder a las llamadas para salir en grupo.

Luego estos pasos o formas tendrán un sentido en forma de coreografía adaptándolos en una secuencia.

Para terminar, se propone una ronda, como espacio de juego, de risa y alegría compartida, de comunidad, donde cada uno propone un paso o invita a seguir una forma. Cuando hay percusionistas que acompañan la clase, este momento es único entre el bailarín y el músico, se genera así un dialogo no hablado con palabras, sino que es el cuerpo el que está comunicandose.

Después de toda esa energía vivida y transmitida es necesario la relajación y la llegada al piso como forma soltar el cuerpo y liberarlo de la gravedad, seguido de un estiramiento de las cadenas musculares trabajadas durante la clase.

(duración 1 hora y media)